Cuando un triéster reacciona con tres equivalentes de hidróxido de sodio (NaOH), cada enlace éster se rompe por la acción del ion hidroxilo, que ataca al carbono del grupo carbonilo. Como resultado, se forman tres sales de carboxilato de sodio (que son los jabones) y glicerol como el otro producto. En el proceso, el ion hidroxilo rompe los enlaces éster, liberando el grupo alcoxi del glicerol, que luego se protona para formar el alcohol final. Después de todas las hidrólisis, los productos que se obtienen son glicerol y tres carboxilatos de sodio (R–COO⁻ Na⁺). Si la mezcla se acidifica al final, esos carboxilatos se convierten en ácidos grasos libres.